Los investigadores descubrieron que esta práctica está vinculada a una menor inflamación y a la prevención de enfermedades orales, factores que influyen en la salud cardiovascular.
"En el futuro, si hubiera una prueba rápida para detectar bacterias dañinas en la boca y el intestino, podríamos usar la información para ayudar a calcular el riesgo de accidente cerebrovascular", ase ...